lunes, 10 de marzo de 2008

España insólita: ¿No quieres caldo? Dos taZas

11 de marzo de 2008
Separatistas y comunistas, los peor parados

Zapatero revalida su hegemonía, pero no alcanza la mayoría absoluta. El Partido Popular crece mucho, pero queda por detrás del PSOE. Menos de 900.000 votos separan a ambos partidos. Debajo, Izquierda Unida agoniza y Esquerra Republicana de Cataluña se hunde. Rosa Díez consigue escaño. Conclusión: el PSOE ha movilizado el voto extremista y separatista a costa de sus antiguos aliados, mientras que Rajoy no ha sido capaz de convencer a la mayoría que necesitaba. Por delante, cuatro años de incertidumbre. Análisis de resultados.


Elmanifiesto.com

El PSOE obtiene 169 diputados, cinco más que en 2004. La mayoría absoluta está en 176. Sigue, pues, lejos de ella. Podrá gobernar, pero necesitará apoyos parlamentarios. Sólo podrá encontrarlos en las minorías nacionalistas llamadas “moderadas”: Convergencia i Unió, que mantiene sus diez escaños, y el PNV, que baja uno pero aguanta con seis. En todo caso, es impresionante ver cómo Zapatero ha conseguido semejante apoyo después de haber protagonizado una legislatura donde casi todo le ha salido mal y con una crisis económica encima de la mesa.

La estrategia de radicalización emprendida por Zapatero en esta campaña se ha mostrado eficaz. El PSOE ha ganado cinco escaños y algo menos de 100.000 votos. Todo indica que los ha sacado de las opciones más extremistas: Izquierda Unida y Esquerra Republicana de Cataluña. Ahora la incógnita es saber si ese voto es un “cheque en blanco” o si, por el contrario, exigirá compensaciones. Carod Rovira ya ha hecho saber a Zapatero esto último.

El Partido Popular tiene razones para analizar sus resultados con lupa. Ha perdido, sí. Pero gana también cinco escaños –a falta de computar el voto exterior-, supera ampliamente los diez millones de votos y queda a menos de 900.000 sufragios del vencedor. Es el mejor resultado nunca obtenido por una oposición. Parece claro que el PP se ha beneficiado de un cierto número de votos procedente de descontentos que votaron al PSOE en 2004. Se trata en todo caso, de un porcentaje muy escaso; la mayoría del voto “moderado” del PSOE ha permanecido con Zapatero.

Los dos grandes partidos nacionalistas –CiU y PNV- mantienen básicamente sus datos. Sólo el PNV retrocede, verosímilmente en beneficio del PSOE; quizá no sea erróneo vincular ese movimiento con el asesinato de Isaías Carrasco. En cualquier caso, ambos partidos permanecen como posibles socios “bisagra” de la mayoría gubernamental. En ese sentido, la gobernabilidad del país sigue dependiendo de dos partidos que aspiran a deshacer España. Los votos de CiU representan el 3% del cuerpo electoral español; los del PNV, el 1,2%.

Mucho peor es la situación en los socios “pequeños” de Zapatero. Todo apunta a que sus votantes han preferido apostar por Zapatero, tal vez ante la amenaza de una victoria del PP. El hecho es que los comunistas de Izquierda Unida han quedado desarbolados: pasan de cinco escaños a dos, pierden grupo parlamentario y lo tendrán francamente difícil para recuperarse. De momento, su líder, Llamazares, ya ha presentado la dimisión.

Algo muy semejante le ha ocurrido a Esquerra Republicana de Cataluña: los separatistas radicales pasan de ocho diputados a tres, pierden igualmente su grupo parlamentario y ahora quedan a expensas de las posiciones de poder conquistadas en el parlamento catalán. También Eusko Alkartasuna (escisión del PNV) y la Chunta Aragonesista (ya sin Labordeta) pierden sus escaños. Sólo Nafarroa Bai parece haber escapado a la maldición del abrazo de Zapatero, pues conserva su sillón en las Cortes.
Entre las novedades, la más significativa es sin duda la entrada en el Parlamento de UPD, el partido de Rosa Díez, escisión del PSOE. Rosa Díez ha obtenido más votos que el PNV, pero el sistema electoral español hace que su representación en las Cortes sea muy inferior.

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